Mantén los ojos abiertos [Páramo]

No tenía ni la menor idea de qué era lo que estaban haciendo en ese oscuro y perdido lugar. LordKnightmon estaba a su lado, esperando que el príncipe diera nuevas órdenes tras haber cumplido con la misión de llevarlo al Reino Pesadilla. Al digimon no le agradaba demasiado esa zona ya que muchos de los digimon eran peligrosos, tan peligrosos que habían sido condenados a pasar la eternidad encerrados en el corazón de las pesadillas. El Caballero Real no estaba preocupado por su bienestar, sólo podía pensar en Arsenio y su seguridad.

El peliazul miró a LordKnightmon fijamente y le dio la indicación de seguirle. Tenía mucha curiosidad por ver a uno de esos temibles digimon oscuros para comprobar si de verdad eran tan terribles como los describían los digimon que vivían en el Olympo. No se sentía en peligro ya que LordKnightmon estaba con él para defenderlo de todo mal.

El peliazul le pidió a LordKnightmon que lo llevara en brazos para poder sobrevolar la zona junto a él. El digimon tomó a Arsenio y lo elevó para que pudiera ver el área desde arriba. Aparentemente no había mucho a su alrededor, con excepción de una criatura que parecía estar enfadada porque el joven y su digimon habían invadido su territorio. Era un pájaro de aspecto horrible, el cual parecía inspirar un poco de miedo en LordKnightmon. El Caballero volvió rápidamente para dejar a Arsenio en el suelo. El peliazul se quejó pero su compañero le dijo que no iba a arriesgar su vida en un combate aéreo. La gran ave aprovechó el momento de distracción del caballero para lanzarse en picada. LordKnightmon detuvo el ataque con su escudo y alejó a la criatura demoníaca.

Mientras el caballero fungía como una barrera que separaba a Arsenio del peligro, el chico le preguntó a la criatura qué era lo que quería. La enorme ave le respondió diciéndoles que estaban invadiendo su territorio y que iba a destruirlos para devorar los datos del Royal Knight. LordKnightmon se lanzó al ataque mientras el ave demoníaca contaba su plan, logrando golpear con fuerza una de sus alas para que no pudiera volar demasiado alto. El digimon de la oscuridad se enfureció y arremetió contra el Royal Knight, haciéndolo retroceder. Debido a que el cuerpo del caballero estaba protegido por una armadura los ataques de la criatura no podían hacerle daño a gran escala. El joven le dijo a LordKnightmon que acabara con el encuentro rápido ya que le molestaba perder el tiempo. Aunque quería que todo eso acabara lo más pronto posible reconocía que Velgemon era un monstruo impresionante.

Con su último ataque LordKnightmon logró destruir el cuerpo de la enorme ave, ocasionando que éste se fragmentara en datos que viajaron al digivice de Arsenio. El dispositivo se encendió mientras la pantalla se iluminaba. El chico no entendió lo que pasaba así que simplemente guardó el digivice y siguió su camino. LordKnightmon le preguntó a Arsenio si no quería que lo llevara volando a otro lugar y éste accedió. Después de volar por un rato llegaron a una zona donde se podía ver la luna llena en todo su esplendor. El lugar era muy tranquilo y aparentemente no era habitado por nadie. Arsenio le pidió a LordKnightmon que descendiera cerca de un ojo de agua. El digimundo era ciertamente impresionante y quería seguir aprendiendo de él como cualquier humano curioso.

Se arrodilló para poder tocar el agua con sus dedos pero LordKnightmon lo detuvo, diciéndole que era peligroso entrar en contacto con los elementos del Reino de las pesadillas. Sabía que aquella zona estaba llena de virus y contaminantes que transformaban a los digimon que entraban ahí en criaturas malvadas como Velgemon. Arsenio sonrió y golpeó el hombro de LordKnightmon diciéndole que no fuera una nenita. -¿De qué tienes miedo, LordKnightmon? Eres un Royal Knight, debería ser valiente en lugar de ser un aguafiestas.- Comentó el muchacho mientras se sentaba en el suelo con las piernas cruzadas y revisaba su teléfono celular. Desde que llegaron había intentado comunicarse a casa y sabía que era algo inútil ya que no creía que con eso pudiera enlazar con el mundo humano pero no perdía nada con intentarlo. El guerrero saltó hacia atrás y destruyó a un digimon que estaba acercándose a su compañero humano realizando un simple movimiento con las cintas cortantes incorporadas en su armadura.

LordKnightmon le dijo a Arsenio que debían ir a un lugar más seguro, advirtiéndole que aunque no lo pareciera había muchos digimon escondidos en la oscuridad. El joven sonrió y decidió hacerle caso al guerrero tras ver cómo aniquilaba a ese digimon. El peliazul abrazó al Royal Knight, haciendo que éste se pusiera muy nervioso. A Arsenio le encantaba molestar a LordKnightmon de ese modo, sabiendo perfectamente que él lo consideraba hermoso. Las horas pasaron mientras el dúo conformado por el chico y su digimon se adentraba en el corazón del Reino de las pesadillas, un mundo lleno de criaturas extrañas y lugares propios de un mal sueño. El muchacho escuchó un ruido y se alarmó cuando una enorme criatura se materializó frente a ellos. Era mucho más temible que Velgemon y también de aspecto más irracional.

Kimeramon atacó a LordKnightmon, empujándolo muy lejos y dejando a Arsenio expuesto a un ataque. El humano estaba atemorizado ya que su compañero había sido lastimado y no tenía ningún modo de protegerse de la criatura. El digivice emitió una luz y cegó temporalmente a Kimeramon, dándole tiempo a LordKnightmon de regresar y cortar los brazos de la criatura con las cintas afiladas de su armadura. Las extremidades cayeron al suelo mientras la criatura emitía un alarido de dolor. Decidido a acabar con la pelea preparó su mejor técnica, LordKnightmon se elevó sobre Kimeramon y usó su ataque sublime para destruir el cuerpo del digimon mega. La batalla había terminado y los datos del antagonista quedaron almacenados en el digivice de Arsenio.