Taiyo Nobumoto

Taiyo Nobumoto

Datos del Personaje

General

Nombre completo: Taiyo Nobumoto
Edad: -
Género: Masculino
Digimon acompañante: Wanyamon - Bearmon - Grizzlymon - Callismon - Dinotigermon.
Nacionalidad: Japonés
Orientación sexual: Homosexual
Grupo: Digidestined

Personalidad

Desde pequeño, Taiyo ha ido aprendiendo a ser una persona independiente. Siente una gran seguridad de sí mismo, por lo que se cree capaz de lograr lo que sea que tenga en mente a través del trabajo duro. A pesar de que se considera una persona sociable, Taiyo se adapta perfectamente a la soledad, incluso prefiere muchas veces apartarse de sus cercanos para evadir que controlen su tiempo o invadan su espacio. Y aunque parezca una ironía, él es posesivo y celoso, sin embargo extremadamente leal. Tiene una excelente memoria, una cualidad que puede tornarse en un defecto, ya que rara vez es capaz de perdonar un acto desleal. Por otro lado puede recordar un buena acción por siempre y recompensar por ello, es decir que aquella persona ganará su confianza y respeto, algo muy importante para aquél que desee tener un lugar en su corazón. Le gusta la gente honesta y detesta a las personas falsas, siendo un escorpión puede oler las mentiras a kilómetros de distancia. Sus actos suelen ser impredecibles, es muy espontáneo y puede salir con gestos que al resto de las personas puede causar carcajadas, mientras que otras les puede descolocar su forma de ser. Quiénes no lo conozcan creerán que es un libro abierto, y en efecto lo es, pero una vez comiencen a leerlo se darán cuenta de que en el fondo es un ser introvertido.

Apariencia

Mínimo 10 líneas

Historia

Hace un año había muerto su mascota, aquella que le había acompañado tantas aventuras de infancia. En el pueblo costero el día comenzó con un sol radiante, pero Taiyo seguía durmiendo hasta que los gritos de su hermana mayor lo despertaron. Había tenido un sueño extraño, en medio de la oscuridad había un fuerte haz de luz que dejaba ver la silueta de un pequeño niño regordete que le pedía ayuda. Desconcertado, se levantó de su cama y sin lavarse la cara se marchó a almorzar con su familia, quienes le reprendieron por haberse levantado tan tarde.

Durante el día permaneció encerrado en su casa, deseando poder ver a sus amigos, pero la mayoría se había marchado a disfrutar el fin de semana largo a la ciudad cercana. Sus padres, tíos y abuelos habían comenzado a hacer los preparativos para la fiesta que tendrían en la noche, ayudó en lo que pudo, pero los adultos tenían todo bajo control y le decían que mejor se fuera a jugar con sus primos. Sin embargo, ellos eran mayores y el resto más pequeños que él.

La noche había caído, abrió la puerta de su casa y con un gran suspiro se encaminó hacia los juegos infantiles que habían en su patio, se preguntaba por qué se sentía tan solo, ¿acaso era que él consideraba más al resto de lo que ellos a él?. Se preguntaba qué cosas nuevas le depararía el resto del año. Escuchaba las risas y las voces de su animada familia, mientras que él ahora tenía su mente casi en blanco. Levantó su cabeza y observo el estrellado cielo que le brindaba aquel pequeño pueblo, una estrella fugaz de multiples colores pasó sobre su cabeza en dirección al bosque cercano a su casa, Taiyo cerró sus ojos y pidió tener a un amigo incondicional, pero antes de lograr terminar, ésta desapareció.

Unos pocos minutos más tarde, el corazón de Taiyo comenzó a latir fuerte, ya que al mirar hacia el bosque, divisó una fuerte luz, pensó que se trataba de un automóvil, pero ésta permaneció estática y sus colores cambiaban rápidamente, de inmediato recordó su sueño. Corrió a tomar su bicicleta para ir hasta el lugar donde estaba la luz, pero cuando llegó ésta había desaparecido. Una tibia brisa lo traspasó y frente a él apareció una cegadora luz acompañada de un fuerte y seco ruido, se echó hacia atrás asustado y escuchó cómo lo llamaban por su nombre.

-Taiyo, ayúdame.- El joven muchacho vio la silueta del regordete, parecía que alguien lo tiraba hacia abajo. Titubeó por unos segundos, pero armándose de valor, fue hasta donde la victima, la luz no dejaba observarlo bien, con suerte pudo ver que tenía una gorra.

-¡Toma mi mano!- Le gritó Taiyo, pero se sorprendió al ver que su mano era como la de un animal, aún así jaló muy fuerte hacia atrás para poder salvar al pequeño amigo, pero lo que fuera que tiraba desde abajo tenía mayor fuerza e hizo que ambos entraran en el pozo de luz. Taiyo gritó y perdió el conocimiento.

Cuando abrió sus ojos, se percató que era de día. Al inclinarse vio a una gran hoja donde tenía apoyada su cabeza, desconcertado miró a su alrededor, lucía muy similar al bosque donde había ido, pero en definitiva no era el mismo lugar.

-Por fin despertaste- Le dijo la voz que había escuchado en sus sueños y antes de perder el conocimiento, Taiyo giró su cabeza y vio a un oso con aspecto humanoide. Taiyo gritó y comenzó a darse pequeños golpes en la cabeza.

-Estás en el Digimundo y yo soy Bearmon.- Le dijo y luego su cuerpo se bañó en una luz y su cuerpo se achicó hasta quedar en su fase bebé.