Ep I: Ich will nichts verlieren

Wolfang y Mikasa se hallaban en Spiritual Land. Aquel vasto continente conocido como Gigas File poseía una gran cantidad de digimons tipo bestia que vagaban tranquilamente y por doquier. Pero ese día ninguno de los dos se hallaba con ganas de pelear como siempre lo hacían, realmente llevaban semanas enteras en ese juego de "veamos quien encuentra un oponente primero" y aunque llevaban suficiente data recolectada, no estaban seguros de que fuese la suficiente para elevar el nivel del Garurumon.
-Ésto no tiene sentido, me siento estancado -gruñó Wolfang mientras se sentaba sobre sus cuartos traseros de mala gana.
-Ésto no estaría sucediendo si no fueses tan imprudentemente impaciente -musitó la muchacha de cabellos negros mientras se sentaba al lado de su compañero, el cual bufó indignado.
-Descarada -le recriminó. Si, Mikasa era muy impulsiva pero jamás al nivel de aquel digimon. Ella sólo rodó los ojos con una media sonrisa y se estiró. Levantó el digivice pensando en la cantidad de veces que su padre lo habría sostenido en aquel mundo y suspiró. Ésa era su mayor motivación. Le hizo una seña al garurumon para que se levantara y refunfuñando éste se levantó y justo cuando iba a recriminar escucharon un movimiento en las cercanías. Ambos se giraron ya en posición de combate para contraatacar si era necesario.

Evidentemente, era un Agumon que quería buscar pelea. Había salido prácticamente de la nada pero tenían la confianza suficiente como para vencerlo. El Agumon los miró desafiante -¡Los he visto golpeando mucha gente, quiero luchar contra ustedes! -exclamó el digimon lagarto. Wolfang y Mikasa se miraron y ella se encogió de hombros sonriendo. Aunque tenía semejante tamaño, el Garurumon tenía aún la resistencia de un Baby y eso no ayudaba en mucho, el Agumon tenía ventaja pero ninguno de los dos iba a dejar que eso los amedrentara. Ambos eran sumamente necios, tercos y sobre todo, eran incapaces de rendirse fácilmente aunque todo fuera en su contra. Ellos no podían ceder fácilmente, por no decir que no cedían jamás, ante nada ni ante nadie-
-No tengo ningún problema -afirmó.
-Vamos entonces -gruñó el Garurumon mientras se adelantaba y lanzaba un zarpazo hacia el Agumon cuando éste intentaba tomarlos de sorpresa con una flama bebé.
Mikasa pensó que tal vez tenían una oportunidad, sólo necesitaban esforzarse aún más, solo faltaban 2 por vencer (según sus estadísticas de fusión) y estarían listos.

Garurumon "Wolfang" [HP: 300/300]
Agumon [HP: 500/500]

El zarpazo había surtido su efecto y Wolfang había esquivado velozmente aquella flama bebé. Su habilidad era la de un champion, pero su resistencia la de un Baby, lo que ellos querían lograr era que su resistencia estuviese a la par de su forma. Ella no sabía si era un error o algo así, pero todos los hunters al parecer tenían digimons que sólo evolucionaban mediante aquél método de absorción de data.
Mikasa ordenó a Wolfang que atacara de nuevo, ésta vez con su aliento helado, pues tenía cierta ventaja al ser Agumon un reptil de fuego. No sabía si ésta ventaja serviría de algo, pero al menos era un avance, todo ese mundo funcionaba de forma diferente y a veces las cosas salían de forma extraña. Lo bueno era que a pesar de todo, la buena suerte de Mikasa era quizás lo único que le quedaba.

Garurumon "Wolfang" [HP: 300/300]
Agumon [HP: 350/500]

El aliento de hielo al parecer no había funcionado de gran cosa, pues sólo movió de sitio al Agumon pero la realidad era que no le había hecho ningún daño. Mikasa suspiró pensativa mientras esperaba recibir algún tipo de señal de su amigo que le diera aunque fuese una trémula luz para proceder, pues se sentía algo perdida, y bastante frustrada, esa era una de las peleas que necesitaban ganar, no podían estar todo el tiempo batallando por batallar y sabía que necesitaba a toda costa que su Garurumon subiese por lo menos un nivel.
Mikasa se mordió el labio con indecisión, no estaba segura de qué hacer ahora y sólo le quedaba hacer lo de siempre, confiar en su mejor amigo tanto como él confiaba en ella... Ambos sabían que aunque en algún momento Wolfang llegase a su nivel e incluso uno más alto, él ya no se iría, estaban demasiado apegados, se conocían demasiado bien y ninguno tenía a nadie más, ambos estaban solo así que ¿para qué marcharse?. No sabía por qué pensaba en eso ahora, pero sólo esperaba que todo saliera bien.
Wolfang gruñía a baja voz mientras su compañera pensaba un poco las cosas, pero su impaciencia le ganó la vuelta y miró por un segundo a la joven de cabellos negros, inclinó la cabeza y se lanzó de nuevo al ataque recubriendo sus uñas de hielo y golpeando al Agumon que evidentemente comenzaba a defenderse.

Garurumon "Wolfang" [HP: 210/300]
Agumon [HP: 350/500]

Garurumon "Wolfang" [HP: 90/300]
Agumon [HP: 350/500]

El ataque había sido lo suficientemente fuerte como para debilitar al agumon y su defensa había sido impecable. No quería realmente caer, no querían perder pero la situación en muchos aspectos los superaba en aquel momento.
Wolfang intentó atacar de nuevo con más fuerza y Mikasa pensaba realmente en que su compañero era demasiado terco. Pero huir no era ni por asomo una opción. Ambos eran demasiado orgullosos y demasiado tercos como para rendirse de aquella forma. Pero no podían negar que evidentemente estaban perdiendo.
Mikasa suspiró y analizó la situación. Si tenían suerte podrían ganar.

Garurumon "Wolfang" [HP: 90/300]
Agumon [HP: 290/500]

El ataque del agumon había sido más poderoso de lo que habían previsto, además de que también lo había tomado de sorpresa.... Al estar a su punto límite sus movimientos eran en evidencia mucho más lentos y débiles, lo que lo volvió una presa fácil. Le frustraba sobremanera perder de aquella forma, pero en realidad aquello les pasaba a ambos por orgullosos. Ya por el momento no podrían hacer absolutamente nada así que Mikasa se llevó una mano al puente de la nariz mientras Wolfang volvía al Digivice especial y la muchacha de negros cabellos decidía marcharse a un lugar más tranquilo. Quizás regresaran a Isla File para entrenar, pero aún no había decidido nada... Todo eran ideas y más ideas.
Ya pronto sabrían que hacer. De todas formas, la muchacha seguiría vagando, aún tenía dos misiones por cumplir -una personal y una con su mejor amigo- y ella no se rendiría hasta verlas cumplidas y sabía que Wolfang tampoco lo haría.