Gillian & Killian ID

Gillian Dürrenmatt

Datos del Personaje

General

Nombre completo: Gillian/Killian Dürrenmatt.
Edad: 26 años.
Género: Masculino.
Digimon acompañante: No tiene.
Nacionalidad: Alemana.
Orientación sexual: Homosexual.
Grupo: Civil.

Personalidad

Una de las principales características de Gillian es que subre el síndrome de Géminis. Sí, sufre doble personalidad. Sin embargo, ambas comparten el mismo nombre; ambas son Gillian, aunque su lado "negativo" se suele referir a sí mismo como Killian nada más.
Por una parte, tenemos al Gillian inofensivo, juguetón, encantador y encimoso. Suele tratar a todo el mundo bien y mostrarse gentil, siempre con una sonrisa en la cara. Puedes tratarlo pésimo, pero él continuará mostrándose afable. Es demasiado cariñoso con quienes le agradan o le gustan, volviéndose insistente al querer dar atención a éstas personas, hasta el punto de ser cargante. Y es que éste Gillian es muy de piel, de dar abrazos y llenar al resto de cariños, aunque los demás estén en contra de ellos y lo rechazen olímpicamente. Él no se deja afectar por esa clase de rechazos, sino más bien por los abusos. Aunque siempre intenta encontrar el lado bueno de las personas, con un poco de insistencia y paciencia. Es una persona rematadamente dulce que gusta de tomar té, amante de la vegetación. Alérgico eso sí a los animales, aunque le encanten éstos, tanto como los niños. Además de todo eso, se ve como una persona inofensiva porque es un pacífista innato, incapaz siquiera de tocar una mosca. No le agradan las discusiones, de hecho, le ponen nervioso hasta el punto de hacer sacar su otra personalidad.
Es ésta la que se muestra más problématica; la "negativa", por así decirlo: temperamental, rencoroso, violento y petulante. Una personalidad que intenta defender a su otro yo de cualquier cosa que pudiese hacerle daño. Es sumamente vengador. Hace las cosas de manera egoísta y sin miramientos, sin importar llevar a pasar por encima de otros; pero todo referente a ser sobreprotector con Gillian. También puede llegar a ser muy burlón, gustoso de sacar de quicio a los demás; no como su otro yo, que se muestra cauto y complaciente con los demás. Él no, él dice y actua como se le pega en gana, sin importar qué piensen los demás de él. Le gustan mucho las peleas, por lo que, si está de malhumor, puede buscar cualquier razón para empezar una. Además de eso, resulta ser muy orgulloso y dominante, sin agradarle que le cuestionen o se rehusen a lo que él desea. Al mismo tiempo, puede ser sumamente posesivo y hasta sádico, como también vil. En resumen, una personalidad, a todas luces, opuesta al otro Gillian; refiriéndose a sí mismo solamente como Killian o "Kill".

Ambas personalidades pueden cambiar en cualquier momento, depende de la situación y si es que Gillian se encuentra bajo presión. Cada una es paralela a la otra y no comparten recuerdos entre ellas, por lo que si a veces Kill toma el mando, al despertar su otra parte, no recordará nada de lo que su otro yo pudo haber dicho o hecho, por lo que sufre bastantes lagunas mentales. Pero, a pesar de que a muchas veces no tiene control en el manejo de ambas personalides, es capaz de manejarlas a voluntad tenuemente gracias a unas gafas que suele usar. Con ellas puede mantener su cáracter principal, aquel Gillian amable y dulce; pero si él llega a quitarse éstas, o si se las llegan a quitar romper, es de esa forma que despierta su personalidad "negativa".

Apariencia

Presenta una estatura que se aleja por mucho de la baja, llegando a medir ciento ochenta y seis centímetros y con un peso adecuado para ésta que es de setenta kilogramos, todo bien proporcionado a su contextura ni muy delgada ni demasiado gruesa, y también una musculatura marmórea bien definida. Su piel nívea e impoluta no presenta ningun defecto que sea posible enmarcar: nada de manchas ni arrugas. Siempre manteníendo una piel suave al tacto y cálida también, la cual expele un delicioso aroma ácido. Su cabello ondulado presenta un color rubio damasco, y llega aproximadamente un poco más abajo de su nuca. Algunos flequillos deslizándose por su frente esconden sus sienes y su entrecejo, dando vista únicamente a los grandes orbes de verde pálido, delineados por espesas pestañas de un tono más oscuro que su cabello. Ésta misma suele siempre mantenerse bajo los cristales transparentes de sus inseparables gafas de marcos finos, las cuales mantienen a raya a Kill, su otro yo. Sus dientes presentan una blancura inmaculada, ocasionando que su sonrisa resplandezca hermosamente; la cual, al adornar su rostro, le quita unos cuantos años de encima, volviendo su expresión casi a la de un adolescente.

Historia

Nació en Stuttgart, Alemania, siendo el tercer hijo de una familia acomodada y muy rica. Desde pequeño, siempre estuvo rodeado de vegetación; y por la comodidad de su familia, mantuvo una infancia repleta de lujos y superficialidades. Su hermano mayor diez años mayor que él, y el segundo con una diferencia de siete años. Y, aunque Gillian intentaba llevarse bien con éstos, el distanciamiento a causa de sus padres desgastaba la relación fraternal hasta el punto en que Gillian se mantenía siempre solo y alejado de sus hermanos. Primero que nada, por las obligaciones que le entregaban a los mayores, siendo éstos aún unos niños; pero se suponía que debían ser ejemplo de la familia. Gillian algún día también tendría tales obligaciones, cumpliendo bien su puesto como el hijo menor de la familia Dürrenmatt, la cual era una de las principales dentro de los distritos, líderes en ámbito de la salud, ya que manejaban tres de los grandes hospitales del país. Para los niños, su futuro estaba práticamente decidido al pertenecer a una familia de médicos: todos tendrían una educación de excelencia, irían a la universidad y se graduarían de médicos, no importaba cual fuese su campo, pero serían eso. No habia discusión.

Sin embargo, a Gillian no le gustaban los hospitales, y mucho menos los médicos. ¿La razón? Porque, desde pequeño tuvo que convivir con psicólogos y medicinas a causa del síndrome que padecía, aquel que había aparecido a la edad de siete años. Aquella noticia, en esa ocasión, había impactado a los frívolos padres del muchacho; puesto que, a pesar de que el síndrome Géminis es una enfermedad de nacimiento, nunca se había hecho notar hasta esa edad. Una de las razones que habían hecho despertar de manera paulatina su doble personalidad era la horrenda soledad en la que el niño crecía; siempre con unos padres eternamente ocupados y unos hermanos que no tenían tiempo para él a causa de las mismas obligaciones que sus progenitores les imponían. Y, en su necesidad de querer tener a alguien con quien divertirse, fue creando una personalidad por completo diferente a ésta, con la que no se llevaba bien y que le hacía tener serias lagunas mentales. Con el tiempo ya no era únicamente Gillian, sino que también Killian, o Kill. Los tratamientos, las medicinas y las terapias ya no hacían prácticamente nada, ya que éstas mismas eran las que desataban un desorden bipolar en el muchacho. A Gillian le desagradaban los doctores, y Kill los aborrecía. Y éste último, en su afán de proteger a su otro yo, se volvía sumamente violento con quien se atreviese a tocarlo, hasta el punto de que nadie podía controlar sus ataques de ira. Aún así, Gillian intentaba llevar ese tratamiento a cabo, luchando con su propio yo y el otro; porque deseaba llevar una vida normal.

De esa forma, y en su adolescencia, aquel deseo lo llevaría a encontrar una solución, aparte de los constantes medicamentos que le eran obligado ingerir. Fue después de recibir como regalo unas gafas por parte de una mujer, su profesora particular de piano; a la cual le tenía mucho aprecio. Con éstas descubrió que podía mantener a Kill al margen mientras el propio Gillian estuviese calmado. Si nada lo perturbaba, podía controlar su doble personalidad con aquellas gafas que marcaban su personalidad amable. Sin embargo, los malos momentos de la vida seguirían forjando con mayor fuerza su personalidad negativa, incluso después de convertirse en adulto.

Y hasta el presente, con veintiséis años de edad, continúa conviviendo con aquel síndrome; y solamente como un civil.