Ryomen Mira-Elite

El paso de los inviernos me ha regalado la capacidad de observar como nuestro mundo se pudre, como la gente se vuelve inculta e ignorante, como el aire se va viciando , cambiando de incoloro a gris. He visto como mis sueños y metas se drenan por entre mis dedos, descendiendo tan peligrosos como mi silencio, hasta el suelo, desprendiendo un vapor de aroma a dolor tan espeso como la necia gana de una razón para seguir viviendo, imposible y vacía, por supuesto.
¿Han sentido, desdichados, esa fuerte necesidad de cerrar los ojos y no despertar... nunca jamas? ¿Esa necesidad de tragar un frasco entero de pastillas para dormir? O por lo menos... ¿Les ha pasado por la cabeza el colgarse del cuello con una soga?

No todos los que nos hemos cansado de este mundo tenemos las mismas razones para ello, no todos los que han decido irse lo han hecho de la misma manera.
"Hay otra manera, la muerte no lo arregla todo." Esas fueron las mas famosas palabras del anónimo sirviente del tiempo, incapaz de morir e incapaz de mostrarse, pues el tenía pensado para todos los desdichados algo mas, una segunda oportunidad, donde las cosas definitivamente serían diferentes.
El tiempo le había dado a aquel siervo la capacidad de odiar este mundo, de querer dejarlo y dejar con el, a todos quienes nacían y morían en el mismo. No era fastidio, sino tristeza lo que le causaba ver a los humanos destruyendo todo a lo que temían, incluyendo, solo de vez en cuando, a ellos mismos en esa lista.

¿Que sería del mundo si todos se colgaran del cuello hasta partir sus problemas en dos como lo hacían con con ellos mismos? ¿Qué sería de la existencia, si dejáramos de existir para ella? ¿Qué sería de las olas, si todos dejásemos de inhalar para no jalarlas con nosotros? Nada de esto existiría, y como estas, hay muchas cosas mas.
Porque inundar al mundo de penas, dolores y suspiros, es mas peligroso de lo que todos nosotros podemos imaginar, mas extenso y amplio que la capacidad de nuestros ojos hacia el final del horizonte, y mas lastimero aún que no hacer nada.
Es por ello que aquel sabio y desdichado siervo tuvo la idea de darnos una segunda oportunidad en un lugar diferente, tan lejos, que al llegar el retorno se volvía solo un sueño colorido e imposible de salir de la imaginación, salvando no solo a aquellos llenos de pena para volverlos colorear, sino también a aquellos que no necesitaban ser coloreados, pues aún no se habían convertido en desdichados.

La única forma de llegar a aquel dichoso lugar era a través de un espejo, al cual el sirviente bautizó como "El espejo de Altea". En este la entrada era muy fácil, pues con solo tener la intención de buscarlo podrías encontrarlo, ya que éste se movía a donde alguien lo llamara, mas al contrario, la salida no sería fácil, ni siquiera difícil, sino imposible, ya que este solo había sido diseñado para cruzarse por un lado. Del otro lado del espejo solo podrías ver tu reflejo, y por supuesto, no regresar jamas.

Todo aquel que desee irse tiene la oportunidad de cruzar el espejo, mas debe estar seguro, porque al otro lado las cosas son distintas, y no pienses en arrepentirte, pues el retorno... no existe. ¿Deseas cambiar tu vida, tu entorno y tu conocimiento sobre las cosas mas naturales y básicas de todas? Arriésgate si estas listo.