Obtaining the digi-memories {VAMDEMANIA - Evento Tres}

Durante el próximo mes la vida de Takerou había sido la de siempre, pero claro, ahora con dos digimon. Mantenía a sus tres amigos en su recámara en dónde pasaban gran parte del día. De vez en cuando salían para tomar aire fresco y algunas veces observaban simplemente por la ventana cómo era el mundo en el que vivía el chico. Ésto sólo aplicaba para los digimon, pues el joven Braun contaba con responsabilidades tales como ir a la escuela y mandados que su madre solía pedirle que hiciese. Pensaba sobre lo que había pasado en la batalla contra LordKnightmon. Había sido una batalla muy dura que había destruido no por completo el orgullo que Flaremon tenía. No era un digimon que se llevara por sus sentimientos, pero el ser vencido por aquél digimon humanoide que era de más prepotente, le hacía sentir un mal. Su entrenador, no sabía que hacer, jamás había estado en una situación similar, pues sus otros dos digimon gozaban de una alegría y autoestima gigantesca. De nuevo pasó lo que ya había sucedido antes, algo lo llamaba desde el digimundo para ir y salvarlo. Contó con un e-mail en su computadora que lo puso al tanto, tenía que buscar unas digi-memories que se encontraban con diversos digimon. Al lugar a dónde fue Takerou ésta vez fue al Océano Infinito, un lugar que jamás había visitado.

Llegó demasiado rápido. Inmediatamente después de leer el e-mail, sus tres digimon fueron convertidos en datos para trasladarse en el digivice del joven y así, los cuatro, partir al digimundo juntos. El lugar era hermoso, pero se percibía un aura maligna que impregnaba todo el sitio. ¿Qué era lo que en realidad pasaba ahí?. Takerou no lo sabía del todo, por lo que decidió adentrarse en aquél lugar que de alguna manera le resultaba familiar. Era un océano, pero lo hermoso era que todo estaba cubierto de un azul que al joven Braun le resultara nostálgico. Mientras pensaba todo ésto, un GigaSeadramon salió de las grandes profundidades del océano para intentar devorarlo. -¡Humano, será mejor que te vayas de aquí!-. Gritó para después lanzarse en contra de Takerou. En instantes, Patamon salió del digivice de Takerou para rápidamente digievolucionar en Seraphimon. -¡Aléjate de él!-. Y gritó su digimon mientras se interponía entre el digimon del mar y su humano para protegerlo.

La batalla ya había comenzado. Seraphimon apenas si pudo proteger a Takerou del gran pes que se asomó desde las profundidades del mar. Había lanzado un chorro desde su garganta dirigida hacía el humano, el cuál quedó inmóvil en el lugar sin poder hacer mucho. Su digimon lo tomó en brazos y desde el lugar en donde se encontraban saltó a otro para poder salvarlo. Además, lo llevó a una zona mas segura. -Quédate aquí, Takerou-. Ordenó. -L-Lo que tú digas, P-Seraphimon-. Respondió el chico. Al principio notó que lo iba a nombrar como "Patamon", pero en cuestión de mili segundos cambió el nombre al apropiado. En segundos, su digimon saltó hasta el enemigo para en el aire, hacer una maniobra. Sacó su excalibur desde un portal tridimensional y ya en el aire, lanzó una corriente de aire que impactó por completo al digimon del océano, el cuál no tuvo más opción que caer en el mar para después salir a la superficie de nuevo y maldecir al ángel. -¡Estúpido!... toma a tu humano y... ¡Lárgate de aquí!-. Gritó para después lanzar chorros de agua por todo el lugar.

Pasaron segundos para que el gigantesco y colosal digimon que permanecía en el océano intentara atacar a su enemigo. Sacó su cola de las profundidades para después azotarla en contra del mar el cuál comenzó a moverse muchísimo. Se creaban olas de diferentes tamaños y todas iban dirigidas hacía Takerou. Seraphimon, en un movimiento bastante rápido, se lanzó inmediatamente a dónde estaba el joven Braun para tomarlo con una mano y salir volando de ahí. El chico no sabía realmente lo que pasaba, apenas si habían llegado al digimundo un digimon los estaba atacando, ésto pudiese haber sonado normal, pero no lo era, él sentía que algo estaba mal en aquél lugar. De nueva cuenta, el digimon aliado blandió su excalibur para lanzar una onda de aire en contra del enemigo, el cuál sin mas, tuvo que recibirla. -Si algo pasa a éste mar... no, ¡no puedo permitirlo!-. Comentó el digimon quién en un movimiento eficaz se recuperó del ataque de Seraphimon.

En instantes la tensión aumentó al rededor del digimon acuático. Quería proteger el mar sin importar qué tendría que hacer. Nunca dejo que Takerou le explicara lo que estaba sucediendo o por que estaba él ahí con su compañero. Luego de eso, y con GigaSeadramon "parado" en el agua, Seraphimon se fue volando inmediatamente hacía a él rápidamente para darle un buen tacleo. No fue tan eficaz, pues en cuestión de segundos, el enemigo se recuperó y sin más comenzó a salpicar agua por todos lados. Ya había recibido demasiados ataques por parte del ángel y ésto le molestaba, no quería perder protegiendo lo que más anhelaba. Mientras tanto, el joven Braun continuaba viendo qué era lo que pasaba en el campo de batalla. Estaba sorprendido de que un digimon deseara tanto proteger el lugar. Si lo veía desde otra manera, era lo mismo que pasaba con Seraphimon, él simplemente quería protegerlo sin importar de quién o de qué.

Gigaseadramon estaba preparando debajo del agua ya un ataque. Se sumergió como si estuviese tramando algo y poco a poco el mar comenzaba a burbujear. Segundos después, gigantescas burbujas comenzaron a explotar y llenaron el lugar de agua ácida. Se podía notar que era ácida pues con sólo tocar unas cuantas plantas, éstas se desintegraban. Era un ataque muy poderoso y unas cuantas gotas le rozaron a Seraphimon. Takerou lo vio y en sus gestos se grabó completamente un sentimiento de preocupación. Sabia que no había sido un ataque demasiado poderoso en contra de su digimon, pero lo que sí sabía, era que aún siendo un daño mínimo, hacía sufrir a su compañero.

Aprovechándose del momento de debilidad de su enemigo, GigaSeadramon rápidamente se sumergió de nuevo en el gigantesco mar para recrear el ataque anterior. Percibía por si mismo que el daño causado a Seraphimon no era tan masivo, pero si continuaba haciendo aquellos ataques rápidamente y encadenados, suponía que el daño causado iba a ser fatal. Tres segundos pasaron para que de nueva cuenta, el agua comenzara a burbujear y de ahí salir grandes burbujas que se elevaban a unos cuantos metros y después explotaban. Ésas burbujas contaban con un color azul-verde. Éste color, hacía entrever que contenía un ácido potente, quizás más potente que el anterior. Por fin explotaron. Ahora no solo fueron unas cuantas gotas las que le habían salpicado a Seraphimon, si no una burbuja entera le exploto en frente de él. Sin equilibrio, cayó al suelo desde el aire en dónde segundos antes intentaba esquivar las burbujas que no paraban de explotar. Ésa en específico, hizo que se desestabilizara y no pudiera hacer un ataque después de tan gran daño.

Finalmente era el turno de Seraphimon de hacer su ataque. Ahora con una firmeza impecable en sus movimientos de su cuerpo, se levantó y comenzó a hacer diversos cortes en frente de él con su espada que coincidían con el destino en dónde se encontraba GigaSeadramon. Bastaron unos ocho cortes para que de ahí se abriera un portal. De ahí poco a poco comenzaba a salir luz que después de unos segundos se convirtió en una cascada dirigida al enemigo. Aquél digimon, sin ningún lugar al cuál huir, no tuvo más que aguantar todo el daño. Cayó al agua casi moribundo. Takerou vio como éste caía y en un momento creyó que ya estaba muerto. Pero le llegó una sorpresa cuándo éste se comenzó a mover debajo del agua y aparecer en otro lugar.